Saturday, November 3, 2012

Rosana Ubanell: perdida en tu piel





Desde la contratapa de Volver a morir, el periodista y escritor Andrés Oppenheimer señalaba que su autora, la española Rosana Ubanell, era una revelación. Con todo lo que ha sucedido en los meses siguientes a la publicación de la novela, esas palabras de bienvenida son más que ciertas. La autora creó un personaje, el detective cubano-americano Nelson Montero, que se aparta de esa figura de investigador de sobretodo y aire misterioso, y se acerca más a la de un tipo que porta una buena sonrisa y  tiene un puñado  de refranes e ideas para salir de los problemas en los que por lo general se mete.
 
Ni muy alto ni muy bajo, ni gordo ni tan flaco, pelo castaño y ojos café, Montero más bien es un hombre que despierta simpatía y así va por las calles de la ciudad de Miami ganándose la vida con su oficio que es solucionar enigmas. Volver a morir se convirtió en un bestseller y ahora Hollywood ha comprado los derechos para una miniserie.
 
Cuando todo hacía suponer que en este 2012 volvería con otra novela policial, la autora le ha dado una sorpresa a los lectores con la publicación de Perdido en tu piel, una historia que incluye un misterio, aunque en el  centro de la trama esté el amor. “¿Qué sucede cuando un hombre que lleva 30 años recordando su primer amor se reencuentra con la mujer que lleva 30 años intentando olvidarlo?”, se pregunta la narradora y deja que la cuestión aceche de manera inquietante en la imaginación del lector.  
 
 
Perdido en tu piel es una obra radicalmente opuesta a su primera novela. ¿Puede decirnos qué ocurrió?
 
–Ocurrió que Volver a morir fue todo un éxito. Con la primera edición agotada y una serie de televisión en ciernes sobre el detective cubano-americano Nelson Montero, su protagonista, mi editorial Penguin decidió darle más tiempo para crecer y retrasó la segunda entrega para el 2013. La novela Perdido en tu piel estaba casi terminada así que esa fue su suerte y la mía.
 
 El género de detectives exige cierta estructura que su segunda novela por no estar en el estilo no requiere. Desde ese punto hay otro manejo en la prosa. ¿Cómo fue la elaboración de Perdido en tu piel?
 
–Esta una novela romántica con tintes eróticos sigue teniendo base de suspense, mi raíz. Dos amantes que vivieron un apasionado primer amor en 1980 se reencuentran treinta años después y tratan de robarle tiempo al tiempo para amarse de nuevo. A lo largo de las páginas se van desgranando las incógnitas que causaron su separación y que tienen mucho de misterio, violencia y suspense. La prosa es totalmente distinta, ciertamente. Frente al irónico Nelson Montero y el miedo que le produce el compromiso amoroso, los protagonistas de esta nueva novela están envueltos en una pasión amorosa que dura treinta años. Creo que con Nelson Montero descubrí mi faceta más masculina y con Adán y Eva, los protagonistas de Perdido en tu piel, desarrollo mi ser femenino. Por eso las dos novelas utilizan un lenguaje muy distinto.
 
Las distintas locaciones le dan a la novela un aire internacional, por momentos de cierta sofisticación y lujo. ¿Lo pensó así a la hora de elegir las ciudades que aparecen en la novela?
 
–Algunos lugares tenían que estar por fuerza en la novela, otros no. Era imperativo que el amor más álgido, su primer encuentro físico en treinta años, sucediese en Nueva York, una ciudad muy querida para mí. Es mi paisaje urbano favorito. Manhattan es una ciudad viva, que siempre ofrece una nueva sorpresa, que se regenera pase lo que pase. Allí debía colmarse el deseo tantos años reprimido. McLean en Virginia, un barrio acomodado debía ser otro paisaje. Le encajaba muy bien a Eva. Viví allí 12 años y conozco la zona a fondo. Los Ángeles me facilitaba el colocar a los dos amantes lejos el uno del otro, añorándose desde cada punta de un continente. El resto como Nosara en Costa Rica, El Estor en Guatemala, el puerto de Tampico en México, las playas de Marbella en España, o el rancho de Texas, son lugares que he visitado, que conozco por mi profesión de periodista de viajes y que dejaron una huella en mí.
 
Esta historia empieza en 1980 en el puerto mexicano de Tampico y llega hasta el 2010. En treinta años pasan muchas cosas.  Los protagonistas no olvidan su historia de amor. ¿Por qué cree que el primer amor se suele recordar con tanta añoranza? 
 
–Porque la primera vez que amamos lo hacemos con las puertas del corazón de par en par. Todavía no nos han hecho daño y nos entregamos totalmente. Después, aunque el amor puede llegar a cualquier edad y generalmente llega sin previo aviso, actuamos muy precavidamente. Blindamos el corazón  y nunca volvemos a amar así. Nos gustaría hacerlo –de ahí el recuerdo de ese primer amor tan persistente-, pero no nos atrevemos. Sabemos el dolor inconmensurable que supone la traición amorosa, el abandono y nos decimos que es mejor amar a medio gas, por si acaso.
 
También hay en la novela un retrato del matrimonio no tan feliz. Sería como la cara B de la pasión: una vida sin sobresaltos, cálida, pero patética.
 
–Efectivamente es la otra cara de la moneda. Sorprende ver cuántos matrimonios viven una vida sin pasión, sin sobresaltos, estable, cálida, aburrida y patética. Y todavía sorprende más que lo hacen por elección propia. Creen que es el precio que hay que pagar para no sufrir. Curiosamente, las personas en una relación semejante son las que más fantasean sobre ese amor pasional, precisamente porque no lo viven. Lo tienen que soñar para compensar. No se atreven a vivir el amor que sueñan. Es todo miedo. Como recuerda Eva que le decía Adán en Tampico: “Lo contrario del amor no es el odio sino el miedo”.
 
¿Cómo recuerda a su primer amor?
 
–Realmente no lo recuerdo, más bien me lo imagino o me lo he imaginado y lo he plasmado en “Perdido en tu piel”. Si me acordase, me gustaría que fuese como en esta novela. Sí que me quedó ese sentimiento de amor y dolor mezclado que he reencontrado al escribir Perdido en tu piel. La memoria no es la dueña del recuerdo, se confunde mucho. El sentimiento es el que mejor recuerda y nunca miente.
 
Ha vivido buena parte de su vida fuera de España.  Ahora hace una década que reside en  Miami. En los últimos años han aparecido muchos libros de periodismo y de ficción que hablan de esa ciudad en particular. ¿Por qué cree que ha surgido ello? ¿Y cómo se siente viviendo allí?
 
–Miami es mi hogar. Adoro esta ciudad que me enamoró nada más instalarme aquí. Como Nueva York, es una ciudad viva que evoluciona constantemente. Prueba de ello es que existe ahora una vitalidad artística muy grande, enriquecida por ese crisol de culturas que traen los emigrantes de todo el mundo. Los sabores y olores de Miami son cada día más ricos y la ciudad no solamente da cobijo a nuevos talentos sino que los inspira.
 
¿Luego de esta novela regresa con Nelson Montero?
 
–Como comprometido con Penguin, Nelson Montero será una trilogía. La segunda entrega para el 2013 ya está casi ultimada y la tercera para 2014 a medias. Nelson viajará un poquito más aunque su casa siga siendo Miami. Tendrá que salir de la Calle 8 y acercarse a South Beach y visitaremos Las Vegas, Nueva York y el Caribe sin olvidarnos de México. Hasta es posible que se atreva a amar de nuevo después del descalabro con su primera esposa Ana Rosa. Como en Perdido en tu piel, Nelson amó y sufrió tanto la primera vez que se niega a hacerlo de nuevo. Pero vamos a ver si poco a poco le hacemos entrar en razón y conseguimos que derrumbe las barreras que se lo impiden.
 
 
                                                                                                            Vera
 
 
 
 
Entrevista Rosana Ubanell (TintaFrescaUS)