Desde la contratapa
de Volver a morir, el periodista y escritor Andrés Oppenheimer señalaba
que su autora, la española Rosana Ubanell, era una revelación. Con todo lo que
ha sucedido en los meses siguientes a la publicación de la novela, esas
palabras de bienvenida son más que ciertas. La autora creó un personaje, el
detective cubano-americano
Nelson Montero, que se aparta de esa figura de investigador de sobretodo y aire
misterioso, y se acerca más a la de un tipo que porta una buena sonrisa y tiene un puñado de refranes e ideas para salir de los
problemas en los que por lo general se mete.
Ni muy alto ni muy
bajo, ni gordo ni tan flaco, pelo castaño y ojos café, Montero más bien es un
hombre que despierta simpatía y así va por las calles de la ciudad de Miami
ganándose la vida con su oficio que es solucionar enigmas. Volver a morir
se convirtió en un bestseller y ahora Hollywood ha comprado los derechos para
una miniserie.
Cuando todo hacía
suponer que en este 2012 volvería con otra novela policial, la autora le ha
dado una sorpresa a los lectores con la publicación de Perdido en tu piel,
una historia que incluye un misterio, aunque en el centro de la trama esté el amor. “¿Qué sucede
cuando un hombre que lleva 30 años recordando su primer amor se reencuentra con
la mujer que lleva 30 años intentando olvidarlo?”, se pregunta la narradora y
deja que la cuestión aceche de manera inquietante en la imaginación del lector.
Perdido en tu
piel es una obra radicalmente opuesta a su primera
novela. ¿Puede decirnos qué ocurrió?
–Ocurrió que Volver a morir fue todo un éxito. Con la primera
edición agotada y una serie de televisión en ciernes sobre el detective
cubano-americano Nelson Montero, su protagonista, mi editorial Penguin decidió
darle más tiempo para crecer y retrasó la segunda entrega para el 2013. La
novela Perdido en tu piel estaba casi terminada así que esa fue su
suerte y la mía.
–Esta una novela romántica con tintes eróticos sigue teniendo base de
suspense, mi raíz. Dos amantes que vivieron un apasionado primer amor en 1980
se reencuentran treinta años después y tratan de robarle tiempo al tiempo para
amarse de nuevo. A lo largo de las páginas se van desgranando las incógnitas
que causaron su separación y que tienen mucho de misterio, violencia y
suspense. La prosa es totalmente distinta, ciertamente. Frente al irónico
Nelson Montero y el miedo que le produce el compromiso amoroso, los
protagonistas de esta nueva novela están envueltos en una pasión amorosa que
dura treinta años. Creo que con Nelson Montero descubrí mi faceta más masculina
y con Adán y Eva, los protagonistas de Perdido en tu piel, desarrollo mi
ser femenino. Por eso las dos novelas utilizan un lenguaje muy distinto.
Las distintas
locaciones le dan a la novela un aire internacional, por momentos de cierta
sofisticación y lujo. ¿Lo pensó así a la hora de elegir las ciudades que
aparecen en la novela?
–Algunos lugares tenían que estar por fuerza en la novela, otros no. Era
imperativo que el amor más álgido, su primer encuentro físico en treinta años,
sucediese en Nueva York, una ciudad muy querida para mí. Es mi paisaje urbano
favorito. Manhattan es una ciudad viva, que siempre ofrece una nueva sorpresa,
que se regenera pase lo que pase. Allí debía colmarse el deseo tantos años
reprimido. McLean en Virginia, un barrio acomodado debía ser otro paisaje. Le
encajaba muy bien a Eva. Viví allí 12 años y conozco la zona a fondo. Los
Ángeles me facilitaba el colocar a los dos amantes lejos el uno del otro,
añorándose desde cada punta de un continente. El resto como Nosara en Costa
Rica, El Estor en Guatemala, el puerto de Tampico en México, las playas de
Marbella en España, o el rancho de Texas, son lugares que he visitado, que
conozco por mi profesión de periodista de viajes y que dejaron una huella en
mí.
Esta historia
empieza en 1980 en el puerto mexicano de Tampico y llega hasta el 2010. En
treinta años pasan muchas cosas. Los
protagonistas no olvidan su historia de amor. ¿Por qué cree que el primer amor
se suele recordar con tanta añoranza?
–Porque la primera vez que amamos lo hacemos con las puertas del corazón
de par en par. Todavía no nos han hecho daño y nos entregamos totalmente.
Después, aunque el amor puede llegar a cualquier edad y generalmente llega sin
previo aviso, actuamos muy precavidamente. Blindamos el corazón y nunca volvemos a amar así. Nos gustaría
hacerlo –de ahí el recuerdo de ese primer amor tan persistente-, pero no nos atrevemos.
Sabemos el dolor inconmensurable que supone la traición amorosa, el abandono y
nos decimos que es mejor amar a medio gas, por si acaso.
También hay en
la novela un retrato del matrimonio no tan feliz. Sería como la cara B de la
pasión: una vida sin sobresaltos, cálida, pero patética.
–Efectivamente es la otra cara de la moneda. Sorprende ver cuántos
matrimonios viven una vida sin pasión, sin sobresaltos, estable, cálida,
aburrida y patética. Y todavía sorprende más que lo hacen por elección propia.
Creen que es el precio que hay que pagar para no sufrir. Curiosamente, las
personas en una relación semejante son las que más fantasean sobre ese amor
pasional, precisamente porque no lo viven. Lo tienen que soñar para compensar.
No se atreven a vivir el amor que sueñan. Es todo miedo. Como recuerda Eva que
le decía Adán en Tampico: “Lo contrario del amor no es el odio sino el miedo”.
¿Cómo recuerda a
su primer amor?
–Realmente no lo recuerdo, más bien me lo imagino o me lo he imaginado y
lo he plasmado en “Perdido en tu piel”. Si me acordase, me gustaría que fuese
como en esta novela. Sí que me quedó ese sentimiento de amor y dolor mezclado
que he reencontrado al escribir Perdido en tu piel. La memoria no es la
dueña del recuerdo, se confunde mucho. El sentimiento es el que mejor recuerda
y nunca miente.
Ha vivido buena
parte de su vida fuera de España. Ahora
hace una década que reside en Miami. En
los últimos años han aparecido muchos libros de periodismo y de ficción que
hablan de esa ciudad en particular. ¿Por qué cree que ha surgido ello? ¿Y cómo
se siente viviendo allí?
–Miami es mi hogar. Adoro esta ciudad que me enamoró nada más instalarme
aquí. Como Nueva York, es una ciudad viva que evoluciona constantemente. Prueba
de ello es que existe ahora una vitalidad artística muy grande, enriquecida por
ese crisol de culturas que traen los emigrantes de todo el mundo. Los sabores y
olores de Miami son cada día más ricos y la ciudad no solamente da cobijo a
nuevos talentos sino que los inspira.
¿Luego de esta
novela regresa con Nelson Montero?
–Como comprometido con Penguin, Nelson Montero será una trilogía. La
segunda entrega para el 2013 ya está casi ultimada y la tercera para 2014 a
medias. Nelson viajará un poquito más aunque su casa siga siendo Miami. Tendrá
que salir de la Calle 8 y acercarse a South Beach y visitaremos Las Vegas,
Nueva York y el Caribe sin olvidarnos de México. Hasta es posible que se atreva
a amar de nuevo después del descalabro con su primera esposa Ana Rosa. Como en Perdido
en tu piel, Nelson amó y sufrió tanto la primera vez que se niega a hacerlo
de nuevo. Pero vamos a ver si poco a poco le hacemos entrar en razón y
conseguimos que derrumbe las barreras que se lo impiden.
Vera
Entrevista Rosana Ubanell (TintaFrescaUS)