Miami resulta ser una ciudad tan grande como para que en ella quepan las fotos gigantes de Raphael y José Luis Perales anunciando sus conciertos en pleno centro de la ciudad, para albergar la feria del libro más grande de Estados Unidos (aunque muchos se quejen de que aun así es demasiado pequeña), para comer baleadas hondureñas, sancocho colombiano y tomarse una Estrella de Galicia, y también para ser la base de operaciones de uno de los proyectos literarios independientes en español más ambiciosos del país norteamericano.
Hace poco más de seis años nació en Miami Suburbano. De la mano de dos emigrantes, el escritor peruano Pedro Medina León y el ingeniero argentino Eduardo Villanueva, echó a andar la revista que comenzaba a reivindicar la literatura y la cultura hispanoamericana en la ciudad. Haciendo honor a su polisémico nombre –subterráneo, suburbial, oscuro-, Suburbano empezó como un modesto blog que al poco tiempo obtuvo más repercusión de la que sus creadores esperaban. El crecimiento de Suburbano, sin embargo, no se mide sólo en término de lectores. Los editores de la revista también ensancharon la ambición de su proyecto. De abrir una ventana cultural en la ciudad de Miami, Suburbano pasó a convertirse en una revista que se leía en todo Estados Unidos y que lideraba el escaso número de este tipo de publicaciones en español en el país.
En Suburbano puede leerse sobre literatura, pero también sobre el Armageddon Trump, el arte de improvisar en música o el mundo después del Brexit. “Suburbano es una de las contadas publicaciones que se encarga de la literatura escrita en español creada en Estados Unidos en clave pop. Pero incluye y a la vez excede la literatura”, explican los editores, para quienes el eclecticismo es base y virtud. Los artículos salen a la luz gracias a la generosidad de autores, consagrados y noveles, que escriben desde diferentes lugares del mundo hispanohablante. El Suburbano de Miami, en tierra de todos y tierra de nadie, se postula como punto de contacto entre todas las culturas hispanohablantes, o, como dice Hernán Vera Álvarez, escritor argentino que se sumó al proyecto hace un par de años: “Suburbano ha extendido un puente, o si quieres, una red pop.”
Hoy, la revista no sólo va camino de cumplir sus propias expectativas, sino que las desborda. Los editores de Suburbano promueven la cultura en español en Miami en la mítica librería Books and Books, organizan eventos allá donde les dejan (son muy persuasivos) y hasta han creado hasta un festival literario, Escribe Aquí, que en 2015 consiguió congregar a escritores locales e internacionales y atrajo, según cuentan con orgullo Pedro Medina León y Hernán Vera Álvarez, a más de doscientos visitantes. La segunda edición del festival ya se está preparando y será en septiembre.
Quizá uno de los mayores indicadores de crecimiento del proyecto sea la creación del sello Suburbano Ediciones. La editorial busca autores que escriban en Estados Unidos “una literatura que se corra del eje habitual de la narrativa escrita en español”. Y los libros se entienden en Suburbano como un objeto donde todos sus componentes están integrados para “crear un debate de ideas y estético”. Por eso la editorial acaba de cambiar de imagen gracias al diseñador y guionista Gastón Virkel. En Suburbano quieren que sus libros puedan identificarse a primera vista y que “la tapa sea el espíritu de la historia que está dentro”.
Suburbano se ha abierto camino en el árido terreno de la cultura en español en Estados Unidos, pero no están solos. Además de los grandes grupos editoriales, proyectos como el de Sudaquia, La pereza, o la revistas Viceversa y Literal, por ejemplo, se suman a la escasa lista de la literatura en español en EEUU. Cada publicación desarrolla su proyecto de manera independiente, pero a veces sacan a flote proyectos conjuntos. El Premio Equis de Novela, cuyos receptores han sido Nicolás Méndez en 2014 y Flor Canosa en 2015, fue creado al alimón por Specimens-Mag, Editorial El Cuervo y Suburbano Ediciones.
Por si todo eso fuera poco, el equipo de Suburbano también está a cargo de Books Marketplace, un portal que actúa como distribuidora en EEUU de ebooks en español de distintas editoriales estadounidenses y extranjeras. La idea del Marketplace surgió para subsanar uno de los principales obstáculos para la difusión de la literatura en español en Miami/EEUU que identifican en Suburbano: los canales de distribución. “La idea del Marketplace es contribuir a que la literatura de escritores hispanos en Norteamérica circule por todo el mundo, introduciendo también en los EE.UU. obras de autores españoles y latinoamericanos que muy difícilmente cruzarían las fronteras”, confiesan los editores.
En Estados Unidos hay más de cuarenta millones de hispanohablantes, pero para Vera, nuestro idioma está aún visto como un “idioma de cocinas”. Eso, a pesar de que las webs de las universidades y del gobierno pueden a menudo configurarse en español, dato que hace patente que el español puede luchar por reivindicar su puesto como lengua de cultura en el país. La tradición literaria de Miami en términos hispanos no es inexistente, como recuerda Hernán Vera: “Si hablamos de referencia sobre la literatura escrita en español, la primera es la diáspora cubana. Hubo y hay muy buenos escritores. Luego vienen los autores del resto de América Latina, como el argentino Mario Diament o el peruano Jaime Bayly. Hubo otros que vivieron muchos años y luego se fueron, como el colombiano Tomás González.” El problema, para el autor de Grand Nocturno, es que la mayor parte de los inmigrantes de Miami no eran de por sí lectores y las nuevas generaciones suelen acercarse a los libros en su idioma dominante, el inglés.
El proyecto de Suburbano contribuye a abrir espacios para que la realidad de la literatura en español cambie en español, pero también a dar una imagen más compleja de Miami, que muchas veces sólo muestra su cara más “sosa y superficial”. Aunque todo ese esnobismo que ha hecho famoso a Miami en el mundo sin duda existe, en Suburbano no se resignan a aceptar que la silicona eclipse las otras facetas de Miami y muchos menos que la frivolidad asfixie sus posibilidades de mejora. La literatura que se escribe en Miami, dicen los editores, “es una de las más genuinas que se está escribiendo en el país”. Y no sólo eso, sino que consideran que en esa literatura se está creando “algo propio, autóctono, muy valioso”, que sintetiza dos culturas y no recurre al chovinismo nacional. Sea como sea, el proyecto es una osadía y merece la pena acompañar a los valientes en el viaje, aunque sea bajo tierra.
Entrevista de Alba Lara Granero, Culturamas, España