Thursday, November 10, 2016

El Salvador: la historia de una masacre


 
La historia siempre se escribe desde el presente. Jorge Galán (San Salvador, 1973) decidió investigar sobre un oscuro incidente durante los años turbulentos de la transición a la democracia en su tierra. La noche del 16 de noviembre de 1989 un grupo de hombres armados entró en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y asesinó a seis jesuitas y dos mujeres a sangre fría. Por la masacre el gobierno culpó al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), pero siempre hubo sospechas sobre esa acusación.

 
En ese entonces Galán era un adolescente de 16 años que escribía poemas en secreto. El asesinato de aquellos jesuitas le hizo recordar otro que todavía estaba muy fresco: el del arzobispo Óscar Romero. La investigación de Galán –un reconocido poeta que ha ganado, entre otros, el Premio Casa de América de Poesía Americana 2016–  concluyó en Noviembre (Tusquets), un libro que recobró el interés sobre la masacre en Centroamérica a la vez que lo condenaba al exilo: el autor recibió amenazas de muerte que lo obligaron a pedir asilo político en España.
 
“Mis días aquí no son malos, o, más bien, no lo son ahora”, confiesa Jorge Galán en entrevista exclusiva para el Nuevo Herald. Por estos días, el libro, que hace muy poco se publicó en España, obtuvo el Premio Real Academia Española (RAE), y ya hay propuestas para que se lleve la historia al cine. Sin embargo, la distancia siempre es un traje incómodo para el exiliado.
 
 “También es cierto que uno nunca puede acostumbrarse a estar lejos. Mi mente está todos los días en San Salvador”, asegura. “Y no parece que ese sentimiento de pérdida disminuya, al contrario. Lo extraño todo. Antes, nunca quise marcharme de mi país. Si lo hice, fue obligado por las circunstancias. Y volveré en cuanto pueda, eso no lo dudo. No pertenezco a ningún otro lugar. Ha sido siempre así y así será, aunque esté lejos”.
 
Noviembre es una investigación cuidadosa que se mete entre los laberintos judiciales que intentaban cerrar la verdad del caso. La calidad de narrador, de poeta que sabe el peso exacto de las palabras, es indudable en este trabajo de no ficción.  
 
“La investigación dio inicio mucho antes de que supiera que quería escribir un libro”, recuerda Galán. “En el año 1991, entré como estudiante a la UCA, y conocí a mucha gente que había convivido con los jesuitas asesinados y me hablaron de ellos. La figura del sacerdote Ignacio Ellacuría continuaba presente más que la del resto. Aquella seguía siendo su universidad, y su historia, conmovedora, seguía estando en aquellos pasillos. Años más tarde, profundicé en mi investigación y entrevisté a muchísima gente. Algunas me contaron historias que utilicé en el libro, otras, algún detalle, o incluso cosas que solo utilicé como contexto, sobre todo de la vida en la clandestinidad. Así que no sé cuándo empecé a investigar, no con exactitud, pero debo decir que ninguno de mis libros me ha llevado tantos años”.
 
Hubo mucha gente que le dijo a Galán que no debía escribir el libro. Y mucha otra, que no quiso ser mencionada. Pero otros, como los sacerdotes José María Tojeira y Jon Sobrino, no tuvieron miedo y hablaron sobre aquella maldita noche. En la investigación surgió un dato revelador, la declaración del ex presidente Alfredo Cristiani que confesó que había sido el ejército el autor de las muertes de los jesuitas.
 
“Habían transcurrido veinticinco años de silencio y quizá sintió la necesidad de contar su versión de los hechos, y quizá, además, sintió que no corría peligro alguno en enfrentarse a esa parte de su pasado”, comenta sobre el por qué de la declaración del expresidente recién ahora. “Sus razones no me las dijo. Así que lo que yo puedo decir al respecto solo son meras especulaciones”.
 
Lamentablemente los asesinos del sacerdote español Ellacuría y sus compañeros están libres, con excepción del general Montano, preso en Estados Unidos, que sí puede ser extraditado a España.  Sobre la posibilidad de que los culpables tengan una condena o sean extraditados, el escritor es pesimista.
 
“El gobierno de El Salvador ha negado en dos ocasiones distintas la extradición de los militares acusados del asesinato”, informa. “No ha mostrado interés en hacer justicia ni en este ni en otros casos parecidos a este. La impunidad en mi país es alarmante. Tanto que afecta toda la sociedad y nos hemos convertido en una silueta de país, un cascarón vacío, o lleno solo de sombra”.
                                                                                  
                                                                                       Vera

 

 
Entrevista Jorge Galán El Nuevo Herald