“¿En
qué momento se había jodido el Perú?”, se pregunta Santiago
Zavala en Conversación
en La Catedral,
la novela de Mario Vargas Llosa, y no encuentra, no puede hallar
respuesta. Sabe íntimamente que la solución a ese enigma toca
cuestiones muy dolorosas. Si el comienzo del libro del Nobel de
Literatura es memorable, sin duda, es porque esa pregunta le cabe a
cualquier país de América Latina.
Alberto
Barrera Tyszka (Caracas, 1960) escribió en Patria
o muerte
un retrato de la Venezuela en tiempos de Hugo Chávez, cuando la
enfermedad del mandatario hacía metástasis en la sociedad para
dividirla ciegamente. Con este trabajo, el autor, que también es
guionista de televisión, poeta y cronista, ganó el Premio Tusquets
Editores de Novela 2015.
Barrera
Tyszka es autor de las novelas También
el corazón es un descuido,
La
enfermedad
(Premio Herralde, 2006) y Rating,
como de los libros de cuentos
Edición
de lujo,
Perros
y Crímenes.
En
el siglo XXI el “Patria o Muerte” que la izquierda proclamaba
décadas atrás suena bastante irónico. ¿En Venezuela el título de
su novela se entendió del mismo modo?
Creo
que la consigna tiene para nosotros otro significado, otra dimensión.
Quizás con una dimensión más paradójica. Chávez si se tomó en
serio la consigna. Sí se propuso resucitar e implementar el modelo
de la revolución cubana, sin matices, como si el tiempo no hubiera
pasado. Como digo en la novela, Chávez trató de convertir a
Venezuela en un parque temático que recreaba la izquierda de los
sesenta. Fue como un niño millonario, con mucho petróleo, que de
pronto decide jugar a la revolución. Puede sonar divertido, pero sus
consecuencias son trágicas.
¿Qué
repercusiones tuvo la novela entre los simpatizantes chavistas?
Es
difícil saberlo. Para la cultura oficial, la novela no existe, nunca
se ha escrito. El chavismo es muy sensible ante la figura del
“Comandante eterno”. Cualquier cosa que lo humanice, que lo
vuelva mortal, que lo cuestione un poco, puede ser de inmediato
considerada una ofensa, una herejía.
¿Si
el barril de petróleo hubiera seguido a más de cien dólares, hoy
el gobierno de Maduro tendría una gran aceptación en la sociedad?
Yo
creo que le estaría yendo mejor. Pero igual le pasó a Chávez. El
gobierno llevaba años resolviendo su ineficiencia con dólares. El
chavismo es un modelo especializado en gastar y derrochar riquezas,
pero incapaz de producirlas. Y ahora estamos viviendo sus
consecuencias. Es, por cierto, un típico ciclo de nuestra historia
como Estado petrolero. Nuevamente. Con un barril a más de 100,
cualquier populismo puede tener un éxito aparente. A Maduro le ha
tocado la parte peor del asunto: debe administrar el fracaso de
Chávez, sin poder echarle la culpa.
En
el 2001 la Argentina pasaba una de las mayores crisis de su historia.
El escritor Tomás Eloy Mártinez reflexionó sobre el tema y aseguró
que el problema no era tanto económico sino moral. En el caso de
Venezuela, ¿la crisis es sólo economica?
No,
por supuesto que no. Es una crisis a todo nivel. Es una crisis
cultural profunda. Que tiene, además, que ver con nuestra propia
identidad, con los valores que tenemos como país. No sabemos si
ahora todos estamos de acuerdo y entendemos de la mismas forma la
libertad, la justicia, el trabajo, los derechos y deberes, el Estado,
las instituciones, el ejército…Hay que construir un nuevo
pensamiento común alrededor de todos esos temas. Ese también es un
desafío para nuestro futuro.
Escribió
junto con la periodista Cristina Marcano la biografía “Hugo Chávez
sin uniforme. Una historia personal”. Después de ese trabajo,
¿cambió en algo la visión que tenía de Chávez?
Creo
que nos sirvió para conocer más al personaje, desde varios puntos
de vista, desde muy diversas miradas. Siempre entrevistamos a gente
que lo conocía directamente, que había vivido o compartido
experiencias con él. Y creo que algo que nos sorprendió fue
descubrir que Chávez no era un improvisado. Todo lo contrario. Era
un hombre que planificaba incluso su espontaneidad. Era muy
calculador. Y también era muy persistente. Sabía pensar a largo
plazo, cosa poco común en algunos sectores políticos venezolanos.
Vera
Entrevista
Alberto Barrera Tyszka El Nuevo Herald