Friday, May 20, 2016

Arturo Pérez Reverte: "Vienen tiempos difíciles"




El sábado a la tarde llovía, lo que en Miami es suficiente para que la gente prefiera quedarse en la comodidad de su casa y ver una serie de televisión. Sin embargo la librería Books and Books de Coral Gables estaba repleta de lectores. ¿Motivo? El escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte, un best seller dentro y fuera de su país, presentaba What We Become (Atria Books), la versión en inglés de El tango de la Guardia Vieja (Penguin Random House).

La novela, que es la décimocuarta del autor, tiene como protagonistas a Max Costa y Mecha Inzunza –él un ladrón y bailarín de tango; ella una dama hermosa y de la alta sociedad–, que a lo largo de 40 años del convulsionado siglo XX viven una historia de amor tan pasional como trágica. Como fondo de esta historia que no olvida la aventura, un elemento que siempre acompaña la narrativa del español, aparecen el tango, las ciudades de Buenos Aires y Niza, la Guerra Civil Española y los años de la Guerra fría.

Pérez-Reverte es conocido por el público más joven como el autor de la saga Las aventuras del capitán Alatriste, un verdadero éxito de ventas. Novelas como El maestro de esgrima, La tabla de Flandes y El club Dumas fueron llevadas al cine. Es miembro de la Real Academia Española y ejerció como reportero de guerra durante 21 años.


¿Tardó más de 20 años en escribir esta novela?

Hay novela rápidas y novelas cortas. Y ésta fue larga. La empecé a escribir hace más de veinte años y a las pocas páginas me di cuenta que no estaba funcionando, y la dejé dormir. Entendí que era demasiado pronto para esta novela: necesitaba más vida, más edad, más experiencias, más canas en la barba y arrugas en la cara. Llegó ese momento y la escribí.

El tango de la Guardia Vieja tiene un cierto clima de film noir. ¿Quiso darle algo de ese espíritu a la novela?

No exactamente. La historia habla sobre una Europa que ya no existe. Una Europa que poco a poco fue desapareciendo. Esa Europa yo la recuerdo en blanco y negro. No son deliberados estos recuerdos, ni mi sensación ni mi infancia, lo que me contaba mi abuelo ni las fotografías en casa de mis padres. Las fotos de bodas de ellos. Mi madre era una mujer muy elegante, bailaba muy bien. Todo eso lo recuerdo en blanco y negro. A la hora de recrear la historia no he podido evitar que ese blanco y negro esté presente de una manera estética en toda la novela.

La historia está situada en diferentes ciudades y también hay hechos históricos. ¿Se documentó?

Hay escritores cazadores y escritores recolectores. El recolector es aquel que está en un territorio del que no se mueve más que con la imaginación; el cazador es aquel que sale fuera a la vida a moverse, que va cazando: viaja, ve, vive. Yo soy ese tipo de escritor. Fue reportero muchos años y pasé la vida afuera. Para mis novelas yo viajo a esos lugares, me documento, hablo con la gente. Saco fotografías, tomo notas, leo libros, voy a los hoteles. Cada lugar que sale en mis novelas yo he estado en él. Esa parte de realidad es la que llevo siempre a las novelas.

En El tango de la Guardia Vieja hay una historia de amor muy fuerte. ¿Cómo se hace para trabajar ese sentimiento y no caer en lo cursi?

Es que yo no soy cursi. No podría caer en lo cursi. Solamente un escritor cursi cae en lo cursi, pero la vida que yo llevé fue muy ruda en una época muy dura en mis veinte años de reportero. He vivido, he leído, y tengo una biografía compleja, pero no hay nada cursi en esa biografía. Incluso mis recuerdos de amor en mi vida no son nada cursis. El amor solamente es cursi cuando quienes lo practican son cursis. Pero cuando son personas con una biografía diferente el amor corresponde con la vida del que lo siente. Aparte soy un escritor profesional, sé evitar los peligros, o lo intento. No es una novela sentimental. El amor tiene una parte importante, pero no es una novela de amor. Es una de aventuras.

El protagonista es bailarín de tango. ¿Usted sabe bailarlo?

Sí. Y mi padre nació en una época en la que era fundamental saber bailar tango para conocer chicas guapas. De hecho conoció a mi madre en un baile de tango. El tango ha estado siempre en mi familia como una especie de mito, de referencia, de broma familiar. El tango como parte de la vida. El tango como único acto sexual que puede hacerse vestido y de pie. Eso ha estado muy presente en mi vida desde niño. Escuchaba cantar tango a mi padre cuando era joven, lo vi bailar tango. Mi padre era un hombre muy elegante al que utilizo como modelo para el protagonista de la novela. Me ha sido entonces muy fácil utilizar el tango como elemento en la historia.

La última novela del capitán Alatriste es “El puente de los asesinos” (2011). ¿Hay proyectos para que regrese?

Alatriste es un compañero al que le tengo mucho afecto. Me ha ayudado a explicar y entender muchas cosas de España y lo hispano, eso incluye a América. Lo que pasa es que ya hay siete novelas. Voy a seguir, pero decidí dejarlo descansar un poco, hacer otras cosas y luego volver. Ha llegado a ser un personaje tan familiar para los lectores que ellos ya me exigen cosas de Alatriste que soy incapaz de dar. Por eso me siento muy responsable de él.

¿Le gustó la adaptación televisiva de La reina del sur?

Me gustó. Era una novela pura para adaptar al público de telenovelas. Ahora se está haciendo una segunda versión en inglés. Estoy muy contento con esa historia porque es un trabajo que trascendió la novela. Y ahora la gente cree que existió de verdad. Uno va a México y hablan de Teresa Mendoza como si hubiera existido. Los narcos la leen. El Chapo Guzmán estaba viéndola cuando lo detuvieron.

Con respecto al tema del narcotráfico, ¿cree que una de las soluciones sería la legalización de las drogas?

Es más complejo. Me inclino por la legalización, pero una controlada. Es decir, no libertad de narcotráfico y de narcóticos. Hay drogas muy peligrosas, hay partes del narcotráfico que son peligrosas y otras que no lo son tanto. Habría que negociar una solución satisfactoria. Sin duda, una mayor dosis de realidad a la hora de legislar sobre el narcotráfico permitiría eliminar algunos elementos muy críticos y muy peligrosos del negocio de las drogas.

¿A veces no tiene ganas de volver al frente de batalla?

No, es un trabajo para jóvenes. Ahora tengo 64 años y ya la vida que llevé me pasa factura. Pero cuando era joven fui muy feliz como reportero porque viví en muchos países, en muchas guerras, muchas aventuras. Y sobre todo, mi trabajo me dio una mirada, una forma de mirar el mundo. Una experiencia vital, esa biografía con la que ahora escribo novelas. Soy lo que soy ahora porque fui lo que fui de joven. Fue una vida intensa que recuerdo con mucho afecto pero ya no tengo ni edad, ni salud ni ánimo para vivir esa vida tan dura.

¿Es optimista con la situación en España?

Soy pesimista con respecto a Europa no sólo con España. Creo que hay un modelo de Europa, como referente moral del mundo, de Derechos Humanos y de libertades, esa Europa moderna y que iluminó el mundo incluido a América, hoy esa Europa está en decadencia. Vienen tiempos oscuros. Ya ha pasado la etapa. Es un continente viejo, con pocas posibilidades de ser lo que fue y creo que la fuerza está en otros lugares. Europa es un museo de la libertad y el derecho humano, de los derechos del hombre. Está quedando cada vez más atrás en el tiempo. Es un momento triste. En Europa están apagando la luz.

                                           Vera

           

            Entrevista Arturo Pérez Reverte, El Nuevo Herald