Hacia 1920 el escritor argentino Macedonio Fernández,
maestro literario de Jorge Luis Borges, ideó un curioso plan: llegar a ser
presidente de su país. Para perfeccionar su propósito, el autor se reunía con
un grupo de jóvenes en la Confitería del Molino, frente al Congreso de la
Nación. “Macedonio explicaba que muchas personas se proponen abrir una
cigarrería y casi nadie ser presidente; de ese rasgo estadístico deducía que es
más fácil llegar a ser presidente que a dueño de una cigarrería”, recordó
Borges, uno de los asistentes de aquellas míticas tertulias.
Desde el intento del argentino varios escritores han
emprendido la temeraria carrera de llegar
al máximo cargo político de un país, como el Premio Nobel de Literatura Mario
Vargas Llosa que perdió ante un ignoto Alberto Fujimori en las elecciones de
1990, o Sergio Ramírez que junto a Daniel Ortega llegó al poder en Nicaragua en
1984. Este jueves en Coral Gables se lanza otra candidatura, y les toca a los
ciudadanos cubanos decidir.
El escritor Enrique Del Risco (La Habana, 1967) presenta Enrisco para presidente, un libro que plasma su plataforma
política para llegar al gobierno de la Isla en el 2018, para instaurar, como él
señala, “el socialismo del siglo XXII”.
“Si quieren saber en qué consistirá el socialismo del
siglo XXII les diré en palabras sencillas —aunque en realidad consiste en un
plan más elaborado recogido en mi Proyecto Trespatines— que su objetivo es
convertirme en presidente vitalicio y, al mismo tiempo, en el principal
propietario del país, mientras acabo con lo que queda de él. O sea, que el
socialismo del siglo XXII significa —además de que sé contar en números
romanos— más o menos lo mismo que el socialismo del siglo XXI o el comunismo
del XX, pero mucho más sincero. Prometo que todos terminarán haciendo cola por
cualquier cosa y que el papel sanitario seguirá siendo un artículo de lujo,
pero por el camino nos divertiremos muchísimo enfrentando al imperialismo
norteamericano y a sus aliados locales”, escribe en el prólogo el candidato a
la presidencia de Cuba.
Es inevitable aclarar que el candidato Enrisco es una
suerte de otro yo alucinado del escritor Del Risco, por eso el autor se
disculpa ante el Nuevo Herald a poco de empezar el reportaje. “Enrisco no quiso
venir a hacer la entrevista así que seré yo, Enrique Del Risco, quien se hará
cargo”.
Así entonces, sin malentendidos, el escritor habla del
origen de la obra. “Tuvimos la idea de hacer este libro hace años, luego de la
publicación de El Comandante ya tiene quien le escriba en el 2003 con la
desaparecida Ediciones Universal. Un libro que recogiera lo mejor de los textos
esencialmente humorísticos que Enrisco ha publicado a lo largo de los años en
diferentes publicaciones, algunas de las cuales ya han desaparecido. Ya desde
entonces el título lo tenía claro: “Enrisco para presidente”.
“Luego con los años siguieron acumulándose textos”,
agrega el autor que también es profesor y trabaja en el Departamento de Español
y Portugués de la Universidad de New York. “Ello conllevó un proceso arduo de
selección en el que hubo que reducir unas seiscientas páginas de textos más o
menos a la mitad. Luego hubo que crear una estructura en la que artículos
escritos en diferentes épocas encontraran un nuevo sentido que es –y ahora es
que me doy cuenta- el de explicar lo que ha pasado en los últimos años en
Cuba no inducir al lector a cortarse las
venas sino a, después de todo, seguir encontrando motivos para reír. El libro
incluye también un prólogo y un glosario explicativo escritos ex profeso para
el libro y que al compañero Enrisco –debo reconocerlo- no le han quedado nada
mal”.
El nuevo libro de Enrique Del Risco se publica por Sudaquia
Editores, un dato que no es menor para el autor. “En muy poco tiempo se ha
convertido en la principal referencia editorial en español en una ciudad como
Nueva York y eso no es poca cosa. Haber participado en sus inicios con Siempre
nos quedará Madrid (libro de lectura obligatoria en el gabinete, escuela y
asilos de ancianos en mi Cuba del futuro) es una satisfacción para mí”.
En Enrisco para
presidente se señala todo el tiempo la lógica de pesadilla que vive la
Isla. Sin embargo, en ningún momento se
lo nombra a Fidel Castro. Es como un fantasma: todos hablan de él, pero nadie
lo ve. En el libro, el autor le dice,
entre otros adjetivos, “El Comandante”.
“Nada en ese libro es accidental”, afirma Del Risco sobre
el tema. “Ni siquiera las erratas. En el caso del Comandante sucede que a Fidel
o a Castro todo el mundo los acusa (con razón) de los más variados crímenes
mientras que el Comandante se ha mantenido increíblemente a salvo de tales
acusaciones. Pues alguien tenía que ocuparse de rellenar ese vacío y le ha
tocado precisamente al compañero Enrisco”.
Enrique Del Risco es autor de una decena de libros, entre
los que se destacan Lágrimas de cocodrilo y ¿Qué pensarán de nosotros en Japón?,
V Premio Iberoamericano Cortes de Cádiz. Ha sido traducido al inglés, alemán y
polaco. Estos libros y los logros que le han traído, sucedieron fuera de Cuba.
“Enrisco y yo pedimos asilo político en 1995 en España y no llegamos a Estados
Unidos hasta 1997”, dice el escritor que desde que llegó a este país vive en
West New York, New Jersey.
De sus últimos años en Cuba, el autor es muy honesto en
sus recuerdos. “Un horror absoluto atenuado por la amistad y la juventud que
hace que cualquier circunstancia, por terrible que sea, parezca mucho más
divertida”, confiesa. “Fueron años de mucha indignación ante la realidad que no
te daba tregua en casi ningún espacio de tu vida pero, al mismo tiempo, muy
vitales y creativos”.
Vera
Entrevista Enrique Del Risco, El Nuevo Herald